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Viaje a Makhmur, Kurdistán iraquí

Par Vicky (31 août 2017)
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Cet article est une traduction de l'article : Voyage à Maxmur, au Kurdistan irakien.

¿Qué vas a hacer? ¿Qué se te perdió por allá?

Quiero volver a encontrar la esperanza de construir una sociedad diferente, con sus posibilidades reales. 67 años, colombiana, viviendo en Francia desde 1979, implicada en movimientos de izquierda, he vivido tantas decepciones en organizaciones que pretendían ser revolucionarias, tanto en Francia como en Colombia. Vengo al Kurdistán para ver la puesta en práctica del confederalismo democrático en un campo de refugiados.

El 18 de julio aterrizamos en Erbil, capital del KRG (Gobierno regional del Kurdistán de Iraq) y pasamos un control clásico de aduanas. Sobre las 3 de la mañana, tomamos la carretera en dirección a Makhmur; en el camino, atravesamos la ciudad de Erbil que daba la impresión de tener una influencia americana.

Los Peshmergas son las fuerzas armadas del PDK (Partido democrático del Kurdistán, dirigido por Barzani): manejan puntos de control; nosotras/os pasamos dos. En el segundo, tomaron nuestros pasaportes y creí que, en el mejor de los casos, nos obligarían a dar media vuelta. Temían que apoyáramos al PKK, pero los chóferes kurdos hablaron con ellos y nos dejaron pasar.

Llegamos al campo de Makhmur entre las 4h y las 5h de la mañana. Ese campo está compuesto de alrededor de 10000 refugiadas/os actualmente. Ha sido fundado en los años 90 por la ONU para acoger a refugiados kurdas/o obligadas/os a abandonar Turquía, ya que el ejército las/os perseguía y arrasaba sus pueblos con la excusa de expulsar al PKK.

Las/os habitantes de Makhmur vivieron la persecución y la violencia de ser desplazados de sus tierras, la humillación de no poder hablar su idioma y vivir libremente su cultura. En 2014, Daesh tomó Mossul; el ejército de Maliki, primer ministro de la época, y los Peshmergas de Barzani huyeron sin combatir. En el campo de Makhmur, la situación fue similar: Daesh atacó, el ejército regular iraquí y los Peshmergas que decían defenderlas/os abandonaron el campo, pero la población demostró ser capaz de una resistencia audaz, defendiendo el campo durante tres días. Los asaltos yihadistas fueron repelidos; sin embargo, 60 miembros de la comunidad cayeron. El PKK vino a reforzar esta resistencia y juntas/os hicieron huir Daesh.

La ONU, tras esta batalla, abandonó su compromiso en la administración del campo. No hay nada malo que no venga acompañado de algo positivo: las/os refugiadas/os kurdas/os de Turquía pudieron reforzar la organización autogestionaria, con sus propios recursos y sus propios medios de defensa, sabiendo que Daesh continuaba estando presente a 50 kms. Del campo.

Ese 19 de julio de 2017 se celebraba el aniversario del comienzo de la revolución de Rojava : en 2012, las tropas del YPG-YPJ echaron al ejército de Bachar el-Assad en Kobané. En los años siguientes, una parte del Kurdistán sirio fue invadida por Daesh, apoyado materialmente por el ejército turco. Pero el Estado islámico fue repelido en Kobane por las tropas kurdas que liberaron progresivamente la mayor parte del Rojava y combaten actualmente más allá. Esa noche, tuve la ocasión de participar en la fiesta conmemorativa realizada en el campo para celebrar esta victoria: centenas de personas se concentraron para festejar el evento. Fue una alegría para las/os habitantes, que bailaron danzas colectivas propias de su cultura. Reían, hablaban, intentaban dialogar con nosotras/os, las/os niñas/os jugaban y bailaban. Muchos se sorprendían de ver extranjeras/os venir al campo. Pudimos intercambiar impresiones con un grupo de anarquistas españoles que habían pasado ya une semana en Makhmur. En un próximo artículo, intentaré compartir con vosotras/os la experiencia de las/os jóvenes, mujeres y artistas que conocimos.

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