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Plataforma 5: « Por el comunismo autogestionario »
Traducido por Leksell
El texto que sigue es la plataforma que ha defendido la Tendencia CLAIRE en el congreso del NPA (Nuevo Partido Anticapitalista) de enero de 2015. Ha sido elaborado en diálogo con camaradas de diferentes sensibilidades.
¡Estamos hartas/os de una pobreza tan expandida en un mundo tan exageradamente rico! ¡No soportamos ver a las poblaciones masacradas bajo las bombas de los imperialistas mientras se les llena la boca con las palabras « libertad » y « democracia »! ¡Ya basta de paro que priva a millones de personas de un empleo mientras los demás pierden su vida ganándosela, basta de precariedad con horarios imposibles y un estrés permanente, de patronal que se atiborra de dinero y nos da lecciones al mismo tiempo! Estamos indignadas/os por la destrucción ciega del medio ambiente en el nombre del capital, por la doble jornada de trabajo impuesta a las mujeres y las violencias que ellas sufren, la opresión del colectivo LGBTI, el racismo y la xenofobia, el gatillo fácil y la tortura de la policía, el autoritarismo de los jefes, la publicidad que invade los espacios, la locura consumista y las frustraciones que crea…
¡Estos rechazos y combates son los nuestros! Una nueva generación militante de trabajadoras/es, desempleadas/os y oprimidas/os contribuye frecuentemente a su animación. Es por lo que nuestro partido, que quiere representar a las explotadas/os y oprimidas/os, debe buscar la unificación de esas indignaciones en un combate contra la sociedad capitalista. Debemos proclamar alto y fuerte el proyecto de una sociedad sin clases, sin Estado, sin guerra, sin opresión y que frene urgentemente el suicidio ecológico. Ninguna « naturaleza humana » lo impide, solamente los capitalistas y los políticos que defienden su sistema. Entonces atrevámonos a defender públicamente un proyecto comunista autogestionario. No renunciemos a pelear día a día con las explotadas/os y las oprimidas/os, defender públicamente un proyecto de sociedad y una estrategia claros ya que permitirán alentar esas luchas que solamente pueden triunfar en la sociedad que queremos todas y todos.
1. No hay partido revolucionario…sin proyecto revolucionario
a. El impasse del capitalismo francés y de las principales fuerzas políticas.
Debemos decirlo, en conformidad a lo que adoptamos en el último congreso: la crisis actual no es debida a las políticas de austeridad, sino a la bajada de la tasa de ganancia cuya solución, en el marco del capitalismo, es la destrucción de nuestras conquistas sociales, la reducción de los salarios, los despidos. Es por eso que uno de los deberes de nuestro partido es explicar que la única alternativa a las políticas de austeridad, es la ruptura con el capitalismo. No hay una tercera vía, no hay poción mágica antiliberal que pudiera sacarnos de este callejón sin salida. El estímulo « keynesiano » de 1981 lamentablemente ha fracasado y el cambio austericida fue ineludible a partir del momento en el que el gobierno PS-PC renunció a romper con el capitalismo.
Frente a la crisis, los capitalistas intensifican sus políticas « neo-liberales » para mantener sus beneficios haciendo pagar a los pueblos, destruyendo las conquistas sociales, destruyendo los servicios públicos, recortando las libertades demócraticas. En Francia, con la instalación duradera de la crisis y dos años y medio de gobiernos Hollande, las últimas esperanzas puestas por algunas/os en el PS se han roto y la crisis política puede llegar a ser explosiva.
Los principales sindicatos y las fuerzas del Front de gauche (Frente de izquierda), a pesar de las posturas de algunas/os, rechazan combatir contra el gobierno. Las direcciones sindicales continúan apostando por el supuesto « diálogo social » en lugar de impulsar y organizar las luchas. El PC rechaza la ruptura con el PS e incluso se ha aliado con él la mayoría de las veces en las elecciones municipales para conservar sus concejales y su aparato. Mélenchon ha dependido durante mucho tiempo del PC y le falta tanto fuerzas como credibilidad a gran escala para triunfar y erigirse en « salvador » nacional semirreformista copiando el « modelo » latinoamericano... Todas/os se encuentran en un programa basado en el mantenimiento del capitalismo, de la Unión europea y del estado burgués (incluidos su bandera ensangrentada, su policía y su ejército). Su programa no es creíble ya que está basado en ilusiones: prometen salir de las crisis aumentando el gasto público y el consumo, sin cuestionar la propiedad privada ¡Como si se pudiera forzar a los patrones y a los accionistas a aceptar una bajada duradera de sus beneficios!
No es entonces sorprendente que la mayoría de las explotadas/os y oprimidas/os experimente un sentimiento de impasse. Muchas/os se vienen abajo con desesperanza y una parte, cada vez más numerosa, imagina una salida en términos de ruptura con la alternancia UMP/PS que conduce al retroceso social permanente desde hace 30 años. Ahora bien solamente el FN se aprovecha de la crisis: pone de relieve un programa nacional-capitalista, reaccionario y racista, pero mostrando un discurso « anti-sistema » y anti-UE que le da una identidad política fuerte y le hace creíble para una parte de las clases populares. Su « desdiabolización », ayudada por los medios de comunicación y la política de Hollande aún peor que la de Sarkozy, le permite actuar como locomotora de la extrema derecha. Permite a grupos más pequeños violentos ocupar la calle y agredir a personas por su origen, LGBTI, feministas, militantes del movimiento obrero. En el lado opuesto, las fuerzas de extrema izquierda carecen hoy de una identidad política fuerte, de un discurso penetrante contra el sistema, de un proyecto que dé esperanza y ganas. Se han quedado paralizadas en sus esquemas de décadas anteriores, con un funcionamiento anquilosado que ha provocado el rechazo de tantos camaradas. Sin un cambio radical de orientación y de métodos, nuestro partido continuará enredado en una crisis irreversible. Para reactivarlo, hay que refundarlo.
b. Refundar el NPA como partido revolucionario, no como « super-sindicato »
El movimiento obrero nació a la vez, de manera indisociable, de las luchas reales, pequeñas y grandes y de ideas nuevas, de proyectos políticos abundantes y profundamente debatidos. Los proyectos socialistas y comunistas podían parecer « irrealistas » ya que la gente era en su mayoría campesinos, casi todos analfabetos y bajo la tutela de la Iglesia… Sin embargo, han alimentado eficazmente las luchas sindicales, políticas e ideológicas, contribuyendo centralmente a las mejoras democráticas, sociales y culturales para nuestra clase. De la misma manera, el renacimiento del movimiento obrero en el siglo XXI no sólo podrá tener lugar con nuevas luchas de clase, sino que también tendrá que alimentarse de nuevos combates de ideas. Tras las traiciones y la integración completa de la socialdemocracia en el capitalismo y el Estado burgués, tras los horrores del estalinismo contrarrevolucionario, resulta crucial devolverle la vida al objetivo revolucionario. Ese proyecto tiene que incorporar y unir las victorias de las luchas obreras, las ideas comunistas y también los combates más recientes, antimperialistas, antirracistas, feministas, ecologistas, LGBTI.
Para ciertos/as camaradas, la solución consistiría en dar la prioridad a las luchas y acabar con el seguidismo en lo que se refiere al Front de gauche. Es efectivamente una condición imprescindible y continuaremos, por supuesto, a defender con los camaradas cualquier paso hacia adelante en ese sentido. Pero no es para nada suficiente: queremos construir un verdadero partido revolucionario y no un sindicato radical. Debemos defender nuestro proyecto revolucionario precisamente porque no surgirá espontáneamente de las luchas. En realidad, la « otra distribución de la riqueza » y las « medidas de urgencia », supuestamente más “comprensibles” y “razonables”, se presentan ante las/los trabajadoras/es como cautivadoras. Hay que dejar de eludir la cuestión clave: la de la revolución y de la toma del poder por el proletariado, las/los explotadas/os, las/los oprimidas/os. Sin ser utópica, la defensa de nuestro proyecto revolucionario (en nuestras intervenciones, las luchas, los debates públicos, nuestra prensa, nuestras apariciones en los medios…) significaría un excelente apoyo a nuestras luchas, un vector esencial para reconstruir la conciencia de clase y para dar ganas de militar en nuestro partido.
2. Una estrategia para las luchas… estructurada con el objetivo de la toma del poder
Lo que hace que este proyecto comunista no sea una utopía es la lucha de clases. El capitalismo en crisis aviva la llama y cuando la conciencia de tener intereses comunes se une a la fuerza del número, puede progresar velozmente. Las/los trabajadoras/es hacen que el sistema funciones: ellas/os pueden también derribarlo.
La ruptura pasa por la autoorganización de la clase explotada, en las asambleas generales, los consejos de fábrica, de barrios y de los pueblos, constituyendo su propio poder. Un poder más directo, ejercido desde abajo hacia arriba, con delegadas/os revocables, la única “democracia real”. Ese poder de las/los trabajadoras/es es la condición para derrocar a la vez a los capitalistas (la patronal, accionistas, rentistas…) y el Estado capitalista (sus políticos, su policía, su ejército, su justicia de clase…). Es la condición para colectivizar y transformar los medios de producción, definir juntas/os nuestras necesidades, planificar, sacar tiempo libre para reunirse y decidir juntas/os, retomar el control de nuestras vidas.
Hoy, ese poder de las/los trabajadoras/es parece lejano o imposible, pero sobre todo ese objetivo no se conoce más allá de la extrema izquierda. Hay que lanzarse para defenderlo y criticar las ilusiones reformistas. Eso no es para nada contradictorio con la defensa más firme de las reivindicaciones inmediatas que proponen las/los explotadas/os y las/los oprimidas/os. Necesitamos mostrar, de la manera más simple posible, el vínculo entre esas reivindicaciones y la revolución. Eso tampoco es contradictorio con la búsqueda de la unidad de acción en los objetivos en los que hay consenso, ya que sólo las luchas masivas pueden permitir a las/los trabajadoras/es ganar confianza en sus propias fuerzas, lograr el éxito y hacer crecer su organización.
a. Nuestras intervenciones
NB : No abordamos en esta plataforma la cuestión específica de la intervención y de la construcción en la juventud, que competen al sector joven autónomo (CNJ e instancias propias). Creemos que el partido, su dirección y los comités deben tener entre sus prioridades el apoyo a las actividades en la juventud.
Luchas de las/los trabajadoras/es
Estamos en primera línea para movilizarnos contra cualquier ataque. Estamos al lado de las y los que dicen que no, con las/los trabajadoras/es de Bretaña en el otoño de 2013, las/los trabajadoras/es discontinuas/os, precarias/os, las/los ferroviarias/os en la primavera de 2014, con las/los asalariadas/os luchando por su empleo, en las luchas contra la represión de la patronal…
El poder de la patronal para contratar y despedir es un escándalo cotidiano. Para contraatacar en las empresas que despiden, hace falta un “todas/os juntas/os” masivo para impedir los despidos. Nosotras/os anteponemos también la prohibición de los despidos, sin sembrar ilusiones parlamentarias, pero uniendo este objetivo con el del poder de las/los trabajadoras/es. En ese sentido, defendemos la expropiación sin compensaciones ni recompras. Sin embargo, unas simples nacionalizaciones, que serían enormes victorias, no están en nuestro horizonte. Hay que defender el control de las/los trabajadoras/es contra la patronal y funcionarios de alto rango.
En el sector público, hay que combatir la supresión de puestos de trabajo, defender el estatuto de funcionario y la titularización inmediata, sin oposiciones ni limitación por nacionalidad de todas/os las/os precarias/os. Usamos este ejemplo para defender el derecho a un empleo y un salario garantizados para todas/os. Denunciamos las desigualdades y la hipocresía del discurso « meritocrático ». Reclamamos aumentos de sueldo, de las pensiones y de todas las prestaciones sociales de 300 euros. Para las diferencias de salarios que no superen de 1 a 4. Defensa del sueldo socializado (seguridad social, desempleo, pensiones…) y vuelta a la gestión de los mismos por las/los propias/os trabajadoras/es. Por un verdadero derecho a la formación decidida por las/los empleadas/os, frente a la presión por adaptarse a las necesidades del capital.
El gobierno se presta a lo que desee la patronal como hemos visto en el acuerdo nacional interprofesional, el pacto de responsabilidad, los regalos fiscales… Intentamos organizar en la unidad de las luchas contra todos esos ataques, pero aclaramos que las/los capitalistas tendrán siempre la última palabra mientras que le dejemos el poder. El poder a las/los trabajadoras/es es la única manera de terminar con la precariedad y el paro, disminuir y compartir masivamente el tiempo de trabajo, anular la deuda y financiar auténticas necesidades sociales.
Solamente por sus propias luchas el proletariado podrá arrastrar a las/los pequeñas/os campesinas/os y a las/los trabajadoras/es autónomos en el combate revolucionario contra la sociedad capitalista.
Contra las opresiones
Luchamos con todas/os las/los oprimidas/os, sobre todo para que nuestra clase no deje dividir por reaccionarios que señalan a chivos expiatorios y defienden el capitalismo, pero no limitamos esas luchas a la empresa, sino que atraviesan toda la sociedad. Defendiendo la alianza con el movimiento de las/los trabajadoras/es y la necesidad de la revolución, apostamos por la auto-organización de aquellas y aquellos que luchan por su emancipación. Prestamos una especial atención a las personas que sufren opresiones simultáneas que multiplican los efectos de la dominación… y hacen particularmente explosivas sus posibilidades de revuelta. Llevamos a cabo un combate contra las opresiones, no solamente en general, sino también en las organizaciones del movimiento obrero, los sindicatos, las diferentes estructuras de lucha y nuestro propio partido. Es una cuestión de principios y las condiciones para hoy ir hacia una verdadera convergencia de todas las luchas y mañana hacia una revolución social que transforme no solamente las relaciones de producción, sino el conjunto de las relaciones sociales.
Asociamos las reivindicaciones concretas al objetivo de la igualdad real de derechos para todas/os : extranjeros/franceses, mujeres/hombres, LGBTI/heterosexuales ; regularización inmediata de todas/os las/os sin papeles, derecho al voto de las/os extranjeras/os en todas las elecciones, abolición de todas las leyes anti-inmigración ; contra la estigmatización de las/los musulmanas/es, el racismo anti-gitano ; por la igualdad mujer/hombre a todos los niveles ; desarrollo de estructuras colectivas (restaurantes, guarderías…) para romper la doble jornada de trabajo impuesta a las mujeres; prohibición del trabajo nocturno (excepto cuando sea necesario, como las urgencias); defensa de los centros de asistencia para la interrupción del embarazo, derecho a las reproducción asistida para todas las parejas; cambio de registro civil bajo simple demanda para los trans y 100 % de los gastos médicos cubiertos de transición sin condición; lucha contra los prejuicios en las escuelas…
Internacionalismo y anti-imperialismo
Tenemos que construir las movilizaciones en solidaridad con las/los palestinas/os contra el Estado de Israel, con los kurdos contra Daesh, con los levantamientos populares en los países árabes, los movimientos anti-austeridad en Europa, las luchas en América Latina… Denunciamos el nuevo tratado trasatlántico y todos los tratados comerciales al servicio de los capitalistas más potentes, la OTAN (su brazo armado), la ONU su respaldo y todas las intervenciones imperialistas, comenzando por las del Estado francés (Mali, Rep. Centroafricana…). Se hacen con pretextos humanitarios, pero esconden siempre intereses capitalistas. Denunciamos el doble discurso de los imperialistas: se alían con los más reaccionarios si son dóciles y sólo les denuncian cuando les desobedecen. Nunca el imperialismo “ha llevado” la democracia, los derechos de las mujeres o la paz; es gracias a la lucha de clases y la lucha anti-imperialista consecuente que todos los avances han sido obtenidos.
A escala internacional, buscamos también establecer y desarrollar relaciones políticas y fraternales con todas las organizaciones que luchan por los mismos objetivos, radicalmente anticapitalistas, con la meta de avanzar hacia un programa y una actividad política común. Nos damos como objetivo abrir conversaciones de fondo que permitirán sentar las bases de una verdadera Internacional comunista revolucionaria y autogestionaria. Esta construcción sólo puede ser progresiva, colectiva y no sectaria, integrando el balance de las organizaciones actuales, principalmente aquellas que se identifican con la IV Internacional o su legado.
Ecología
El desprecio de los capitalistas por el planeta choca y provoca resistencias locales o nacionales (Notre Dame des Landes, embalse de Sivens…). La crisis global (cambio climático, deforestación…) politiza a muchas/os militantes. Hay que apoyarse en el potencial revolucionario de esas cuestiones: fin del productivismo y del derroche, por la reorganización de la economía bajo control de las/los trabajadoras/es (reconversión de las industrias contaminantes, disminución de los transportes inútiles centralizando parcialmente, transportes colectivos gratis para todas/os…), fin de la publicidad y de la enajenación consumista, no a la energía nuclear, decrecimiento del consumo de energía y de los recursos naturales, por las energías renovables, expansión de la agricultura orgánica…
Libertades democráticas
Combatimos la restricción creciente de libertades democráticas en nombre de la lucha contra el terrorismo, que sirve en realidad para someter a las/los explotadas/os y las oprimidas/os. Denunciamos las prohibiciones de manifestar, las persecuciones étnicas (controles de la policía en función del aspecto físico) y las violencias policiales, que golpean sobre todo a las/os jóvenes de barrios populares y a las/los militantes. Por la retirada de todas las leyes liberticidas, el desarme de la policía (incluido los flashball, taser –armas de electrochoque-, granadas ofensivas…), en la perspectiva de la disolución pura y simple de las fuerzas de represión.
Unión europea
Las/os trabajadoras/es están cada vez más furiosos contra la Unión europea. Es importante aclarar nuestras relaciones con la UE en un momento en el que el FN se presenta como único adversario. Hay que defender públicamente el objetivo de romper con la UE, en una perspectiva internacionalista y comunista y no un repliegue nacional-capitalista que no aportaría ninguna solución al sufrimiento de las/los asalariadas/os. El poder de las/os trabajadoras/es deberá romper inmediatamente con la UE y su moneda. No se trata simplemente de oponerse a los tratados actuales, sino también indicar que un Estado de las/los trabajadoras/es no podrá compartir instituciones comunes con Estados burgueses. Se tratará, por el contrario, de trabajar por la extensión de la revolución y edificar nuevas relaciones entre los pueblos, con una política cooperativa e internacionalista.
Cultura
Con demasiada frecuencia la cultura es producida por trabajadoras/es precarias/os, para una élite que es la única que tiene acceso. Luchamos por sacar la cultura de una lógica de beneficio, condición para que la creación sea libre y participe a la emancipación. Para eso hay que que garantizar un estatuto a aquellas y aquellos que dan vida a la cultura y luchar contra la mercantilización impuesta por los grandes grupos de comunicación o de distribución. Es necesario que el acceso a las artes sea extendido a todas/os mediante la escuela pública. De la misma manera en los medios de comunicación, nuestra clase sufre el bombardeo permanente de « informaciones » y de la ideología de los ricos, sin tener el derecho a tomar la palabra. Ahí también, debemos asociar la denuncia de los medios burgueses a la expropiación de los grupos capitalistas y al control por parte de las/os trabajadoras/es del sector y de las/os usuarias/os.
b. Aclaremos nuestros modos de acción
Auto-organización
Las luchas son marcos privilegiados para el desarrollo de la conciencia de clase y la adquisición de experiencia militante siempre que éstas no se hagan con intermediarios. El NPA lucha así por la auto-organización (reuniones, asambleas generales interprofesionales, delegadas/os elegidas/os con un mandato y revocables…) a todos los niveles y por el control del movimiento por las/os trabajadoras/es mismas/os. No oponemos esas estructuras a los sindicatos, pero no tememos la ruptura con los aparatos conservadores, si es el medio de desarrollar la lucha hasta la victoria.
Convergencia de luchas y el objetivo de la huelga general
Hay luchas todos los días, pero la mayoría son aisladas y derrotadas. Es vital ayudar a hacerlas converger para ganar, tomando iniciativas, aunque sean parciales (interpelando a las direcciones sindicales, con la organización de encuentros, manifestaciones, coordinaciones, propuestas concretas a los equipos sindicales en lucha y a las organizaciones de extrema izquierda…). La huelga es particularmente estratégica para doblegar a los capitalistas. Llevamos a cabo la agitación en torno a la necesidad de construir un gran movimiento de conjunto pasando por la huelga general como medio para frenar y derrocar a la patronal y el gobierno. Igualmente tenemos que mostrar los obstáculos a tal movimiento explicando el papel de la burocracia sindical que acompaña las contrarreformas, con la habitual estrategia de declarar jornadas de acción dispersas, etc.
Unidad de acción
Reagrupar las fuerzas de nuestra clase es un objetivo estratégico. Pero eso no significa decir amen a las organizaciones reformistas, que a menudo son obstáculos. Se trata ante todo de masificar las luchas y de organizar a las/los trabajadoras/es. La unidad de acción no es un frente programático: no podemos firmar un texto común que incluya posiciones contrarias a las nuestras. La unidad se hace en los puntos de acuerdo, dejando a un lado todo lo que supone desacuerdo. Por ejemplo, debemos movilizarnos juntas/os contra las medidas de austeridad, pero sin llamar a la “reactivación económica” para salir de la crisis. La unidad de acción no es un frente permanente con los reformistas: si bien acuerdos puntuales son posibles, un frente permanente haría desaparecer nuestras posiciones políticas fundamentales. La unidad de acción no es tampoco un frente único uniforme: no debemos abstenernos de criticar a nuestras/os socias/os con el pretexto de que actuemos juntas/os. Al contrario, debemos señalar sus incumplimientos, sus ambigüedades, sus traiciones, combinando el toque de atención y la denuncia en función de las experiencias vividas por aquellas y aquellos que luchan.
Contra la extrema derecha
La unidad de acción tiene aquí un reto esencial para la protección inmediata de militantes, mujeres, LGBTI, personas estigmatizadas por su origen… La extrema derecha se alimenta del caldo de cultivo de la crisis y la influencia de sus ideas reaccionarias aumenta. Para combatirla, debemos desmontar su falsa postura « anti-sistema », presentar un combate de clase contra la política de la UMP (derecha) y del PS (Partido Socialista), la ruptura anticapitalista con el Estado burgués y la UE, el internacionalismo. Luchamos contra la extrema derecha combatiendo por la unidad de las organizaciones del movimiento obrero. Participamos también en colectivos que se crean contra la extrema derecha. Buscamos relacionarnos con jóvenes radicalizadas/os, luchando para unirlas/os al movimiento obrero. En cambio, sobre todo, no debemos en ningún caso aparecer como un apoyo al PS y rechazamos formar parte de un « frente republicano ».
Elecciones
Participar en las elecciones no es una cuestión de principios para nosotras/os. Esto debería permitirnos difundir nuestras ideas ampliamente, señalando que esta República es una pseudo-democracia. El Front de Gauche (Frente de Izquierda) no piensa de esta manera y no es anticapitalista. Así que ningún frente electoral es posible con dicha plataforma (excepto a nivel local en grupos que se encuentren en situación de ruptura).
La abstención masiva de las/os trabajadoras/es expresa su desprecio y rechazo de los partidos institucionales. Si estamos convencidas/os que la vía electoral es un impasse, no sirve para nada intentar suavizar nuestras ideas para hacer desaparecer la voz revolucionaria del debate. Queremos, por el contrario, unir nuestras fuerzas con anticapitalistas, como LO (Lutte Ouvrière), lo que supone que no podemos tratar con ellos al mismo nivel que con el FdG.
3. Una organización militante para todas/os las/os explotadas/os y oprimidas/os
a. Construirse entre las/os trabajadoras/es
El NPA debe ser una herramienta para favorecer las luchas inmediatas de las/os trabajadoras/es y reforzar la conciencia de clase. Debe implantarse en los lugares de trabajo por una actividad interna o por una intervención exterior, en grandes concentraciones de trabajadoras/es. Hay que intentar desarrollar comités de empresa y de sector/ rama de actividad lo máximo posible, ya que son entornos, en general, mucho más adaptados a nuestra intervención. Por otra parte, hay que ayudar a todos los comités a tener una intervención regular en un lugar de trabajo, al menos.
Frente al paro y la precariedad que aíslan hasta un punto desesperante a los individuos, nuestro partido debe de preocuparse de la situación profesional de los camaradas. Corresponde a cada una/o decidir su implantación según sus capacidades o titulaciones, sus oportunidades y sus preferencias. Pero los comités y comisiones deben ayudar lo máximo posible a las/os camaradas a encontrar trabajo y a reforzar nuestra implantación en los sectores clave de la economía (transportes, energía, comunicaciones, grandes empresas de la industria y del sector terciario, etc.).
La actividad en los sindicatos es una actividad política de gran dedicación. Nuestro partido debe discutir más colectivamente, con el fin de obtener una orientación común que permita a las/os militantes tener cierto peso en los sindicatos. Nos parece prioritario la ruptura del « diálogo social », retomar las reivindicaciones de las/os trabajadoras/es, la democracia, el control de las/os responsables y de las/os electas/os, la auto-organización en el sindicato y en los lugares de trabajo (reunión de las/os miembros del sindicato, Asambleas generales, etc.) Actuamos para reagrupar a las/os sindicalistas combativas/os en una corriente intersindical lucha de clases, sobre todo proponiendo unas jornadas nacionales de reflexión sobre el sindicalismo combativo. Sería un paso decisivo para vencer al sabotaje organizado por las direcciones sindicales. Las condiciones para lanzar tal proceso son especialmente favorables. Las/os militantes del NPA tienen influencia suficiente en muchas/os sindicalistas para impulsar una corriente en este sentido.
b. Unir las luchas específicas a nuestro combate anticapitalista
Si el lugar de trabajo es un lugar de construcción estratégico prioritario para acabar con el capitalismo, no es el único. El capitalismo impacta nuestro entorno o incluso nuestras relaciones sociales. El NPA debe entonces desempeñar un papel para organizar a las/os oprimidas/os que luchan en diferentes terrenos.
Para las luchas ecologistas, feministas, LGBTI, antifascistas, así como para la defensa de necesidades concretas de la población (contra el cierre definitivo de una oficina de correos, de una estación, etc.), apoyamos o impulsamos la creación de colectivos con individuos, asociaciones y/o sindicatos que permitan combinar perfectamente diferentes tipos de militantismo. Por ejemplo, contribuimos reagrupando a militantes ecologistas radicales con militantes obreras/os para poner de manifiesto los intereses comunes de aquellas y aquellos que quieran luchar contra NDDL (proyecto de aeropuerto en Notre Dame des Landes), el embalse de Sivens, el vertedero nuclear en Meuse, etc. Asimismo, intervenimos en los colectivos feministas y militamos para que exista en las empresas, universidades, institutos de enseñanza secundaria, para desarrollar la conciencia feminista y las luchas autónomas de las mujeres y si es posible con bases de clase. Defendemos también y promovemos las reuniones no mixtas para permitir a las personas oprimidas conocerse, tomar la palabra, discutir, elaborar y actuar entre ellas.
4. Un partido para la emancipación
Dos años después del último congreso, los problemas siguen existiendo y las relaciones son cada vez más tensas entre militantes. La manera de funcionar del partido continúa siendo un obstáculo a su consolidación.
Prácticas militantes acordes a nuestro proyecto
Sin pretender que nuestro partido pueda ser una « contra-sociedad », debe ser un lugar de emancipación, atento contra la repetición de opresiones, en el que las/os nuevas/os militantes puedan sentirse cómodas/os.
Eso implica reuniones adaptadas a la vida de las/os trabajadoras/es, en sus horarios y su duración así como un contenido que articule análisis y conclusiones prácticas para la lucha. Eso implica también limitar la división entre tareas “intelectuales” (formación, elaboración, etc.) y “manuales” (octavillas, pegadas de carteles, etc.). La formación sobre las bases teóricas e históricas del marxismo, del movimiento obrero, enriquecida recientemente por las del feminismo, de la ecología radical, etc. es necesaria para que haya igualdad en los debates. También hay que generalizar la organización del cuidado de las/os niñas/os durante las reuniones (como para el CPN- Consejo Político Nacional desde hace dos años) para que esta tarea no recaiga sobre las mujeres. Esta responsabilidad debe ser repartida colectivamente.
Reafirmar la democracia interna y la camaradería
El debate fraternal debe recuperar su sitio. No se puede comenzar una frase por “camaradas” para luego hablar con desprecio y mala fe a una corriente opuesta. Hay que aprender a debatir sin que se convierta en un “drama familiar” a cada momento. Cuando vemos la violencia de la sociedad actual, no es fácil, pero forma parte de la « formación” que debe ser transmitida en un partido para la emancipación.
Dar la importancia que merece a los comités.
Los comités son las instancias de base del partido. Integran a las/os camaradas, debaten de cuestiones políticas, definen sus prioridades… Las unificaciones de comités, sobre todo a nivel departamental, permiten su coordinación y ampliar los debates. Es importante organizar congresos de federaciones, elegir secretariados encargados de impulsar y coordinar. Las Asambleas generales departamentales o que unifican comités deben ser instituidas de nuevo en todos los lugares donde sea posible. Es el marco para preparar los CPN (Consejo Político Nacional) y subir las expectativas y las propuestas de camaradas y rendir cuentas. Informes y balances de las actividades llevadas a cabo deberían de ser juntadas y difundidas en un boletín interno permanente.
Integrada en los estatutos para el anterior congreso, la reunión nacional de comités debe ser la ocasión de intercambiar experiencias a partir de los comités, de llevar a cabo serenamente las discusiones de fondo que superan a las de la orientación inmediata, de integrar a las/os nuevas/os camaradas en los debates del partido.
Un CPN (Consejo Político Nacional) para la elaboración política
Las/os electas/os al CPN deben rendir cuentas de su mandato regularmente y continuar teniendo una actividad local regular sin la cual no sería posible conectar con la base. La suplencia de las/os electas/os al CPN inscrita en los estatutos del anterior congreso debe ahora ser generalizada.
Un boletín interno del CPN debe ser difundido siempre con bastante tiempo por adelantado para poder ser discutido antes del CPN. La responsabilidad de las corrientes es también de incluir sus propias propuestas y elaboraciones.
La elaboración colectiva del CPN debe reforzarse y dar lugar cuando es posible, para salir de las lógicas de bloque, a votos de mociones de mayoría “transversal” (y no como se ha hecho hasta ahora con una dirección que impone su línea en sus mociones).
El orden del día de los congresos debe ser elaborado partiendo de la base, es decir, de los comités, el CPN debe encargarse de coordinarlo y formalizarlo.
L’élaboration collective du CPN doit se renforcer et donner lieu quand c’est possible, pour sortir des logiques de bloc, à des votes de motions à majorité « transversale » (et non comme cela a été fait jusqu’à maintenant avec une direction qui impose sa ligne dans ses motions).
L’ordre du jour des congrès doit être élaboré en partant de la base c’est-à-dire des comités, à charge pour le CPN de le coordonner et de le formaliser.
Un CE (Comité Ejecutivo) para la ejecución
Decisiones, a veces importantes, son tomadas individualmente por ciertas/os camaradas sin pasar por las instancias del partido, tal como explicó con toda la razón Philippe cuando dimitió del CE. Esto debe terminarse. Las/os portavoces, que tienen un mandato político, deben apoyarse en la elaboración colectiva y rendir cuentas al partido.
El CE debe someterse a un control mayor por parte del CPN, la dirección declarada en los estatutos del partido. Todas las reuniones del CPN se inician con una presentación del balance del CE desde el último CPN: saber lo que se ha hecho, si fue en acuerdo con las decisiones tomadas y por qué. La conclusión del CPN con los votos es el momento también en el que la función del CE debe estar lo más claro posible.
Teniendo en cuenta que el CE es la dirección de hecho del partido, es una cuestión elemental de democracia que continúe compuesto, de manera proporcional, según los votos recibidos por las diferentes plataformas.